Descripción
El primer indicio del Château Magdeleine Bouhou remonta al siglo XVIII, con la evocación del Domaine de Bouhou en un Bouhou, «bouhar» en gascón signfica soplar. Un nombre inspirado sin duda alguna por los vientos del estuario que soplan con intensidad en este lugar. Tan fuerte que podría, él solo, soplar la boha local, una gaita. En el siglo XIX, pasa a ser propiedad de los comerciantes bordeleses, Arnaud y Jeantet, la esposa del primero y la hija del segundo se llaman Madeleine las dos, son mujeres de carácter. Como un lazo de unión entre ambas familias, la propiedad toma entonces el nombre de Magdeleine Bouhou. Desde 1868, el Château Magdeleine-Bouhou está clasificado Premier Cru Bourgeois en la segunda edición de «Bordeaux et ses vins», guía de referencia de Ch. Cocks ; Ed.Féret. En 1908, Jean Chaumet adquiere la propiedad con todos sus ahorros. en 1922, fallece prematuramente. Su hijo Roger interrumpe sus estudios de notaría y sucede a su padre. Visionario, en 1930 decide vender en botellas la mítica añada de 1929. En 1954, Mireille, su hija, se casa son Guy Rousseau, también viticultor. Él hará muchos trabajos de adaptación en la propiedad. Hasta la llegada de su hija Muriel en 2004. Muriel conoce de memoria el oficio de la viña y del vino, y desea transmitir el espíritu del domaine que perdura desde hace tres generaciones. La propiedad se somete entonces a importantes obras de embellecimiento. En 2010, su exigencia la impulsa todavía más lejos. Decide llamar al consultor Stéphane Derenoncourt para acompañarla en esta voluntad de sacar el mayor partido de la propiedad y de su terroir. Producir vinos adaptados a las nuevas modas de consumo manteniendo la firma de la casa se convierte en la mayor apuesta para Muriel Rousseau-Revaire. Para llevar a cabo este ambicioso trabajo, confía en un equipo dinámico y sólido con Frédéric Marchais en la parte técnica y Yann Couturier en la parte comercial.